sábado, 31 de mayo de 2008

Chacal I parte


Quien llegue a esta entrada con la idea de encontrar al alazan de Rosales se vera decepcionado por que no es ese del Chacal al que van dedicadas estas letras.

El caballo sobre el que ahora escribo era un castaño oscuro nacido en Ecija, en el año 1978, la Yeguada de Manuel Rodriguez de Torres. Oficialmente era hijo de Sirius (un enanito que bajo la batuta de Gloria Zendrera fue un gran ganador), aunque la realidad era bien otra ya que su padre, un caballo portugues de Vicente Caldeira, era Rubi (un espectacular anglo lusitano que estuvo alojado en Ecija durante un tiempo) y de Zamba (una yegua naiconal hija de un aleman de nombre Wolfstan).

Chacal, como ya he dicho, nacio en Ecija. Grande y muy fuerte, el negrillo estaba apartado del resto del lote, donde estaban los despues buenos saltadores Charro y Chambra, por que los tenia tiranizados debido a su fuerza y chulería. A dos años era un niño pequeño con casi 700 kilos de peso y 1,80 a la cruz. Una mole.

Han pasado muchos años desde aquella tarde de invierno cuando por primera vez le puse el ojo encima a aquel caballo y, aun hoy, la recuerdo como si fuera ayer.

Joaquin Rivero Merry, intimo amigo de mi padre y coronel de la Yda. Militar en Ecija, nos invito un dia a correr liebres en Las Turquillas. Como siempre, gracias a Joaquin y Conchita, su mujer, pasamos un dia cojonudo de campo y liebres, aunque lo mejorestaba por llegar.

Despues de las liebres fuimos a la Yeguada de Manolo Torres a ver los potros. Los vimos todos, uno a uno, aunque Joaquin, que de caballos sabia tela marinera, habia reservado para el ultimo al que el consideraba era el mejor.

Asi que nos llevaron a un patio, apartado de los demas, y alli estaba un dos años de aspecto fierop y espectacular. Cascos grandes, mucho musculo y mirada de "aqui estoy yo". Lo sacaron, troto un poco y yo, con escaso 15 años en aquella fecha, me quede absorto. Que caballazo!!!

En el camino de vuelta a casa fui dandole la paliza mi padre, que pacientemente, escuchaba mis mas pueriles razones para convercelo de que tenia que comprar el potro. Una tras otra escuchó todas mis razones. Al llegar a casa me dijo; Ya veremos, pero de momento a estudiar que elo que toca.

Pasaron los dias y Joaquin, un señor simpatico, generoso y mejor persona, con sunintersaeccion ante el ganadero, en un primer momento intervino en la compra del potro y un sabado por la mañana, como sardinas en lata, fuimos a comer a casa de Manolo para ver elpotro y decidir qué pasaría.

En aquella mañana ibamos en el coche, ademas de mis padres, Macarena, una de las hijas de Manolo Torres, Juan Novales (pariente de Manolo), su hijo Manolo (actualmente un gran veterinario de caballos) y yo.

Fuimos directos a ver el potro y fue alli donde pregunte el nombre. Manolo, el ganadero, me dijo; Chacal, se llama Chacal, por que esta camada es la de la CH.

Despues de ver la yeguada, donde ejercian funciones de sementales Vik y Takir, nos dipsusimos a ir a comer y fue despues de comer cuando los acontecimientos se precipitaron.

Tras la comida Joaquin y Manolo comentaron que teniamos que ver al potro en el callejon, aunque avisaron que nunca habia entrado y que no sabian cual podria ser la reaccionde Chacal. Lo cierto es que al potro se lo trataba con mucho mimo, pero tambien con respeto por que ya habia demostrado una fuerza que, no exenta de nobleza, podria hacer daño a alguien.

Fuimos hasta el patio y el yeguero, junto cons dos personas mas, lo preparaon para ir al callejon. Manolo Novales y yo nos limitabamos a mirar. El potro, bufando, llego a las inmediaciones del callejon, que por la epoca del año estaba cubierto de hojas secas. Una vez alli, cuando pisó las hojas, dijo que nones, se defendio y sin pestañear se zafo de quienes lo llevaban al diestro y se fue a la cuadra.

En un segundo intento consiguieron que el potro entrara en el callejon. Su accion era espectacular, la forma de moverse, el gesto del caballo, como metia los pies y como movia las manos. En mi vida habia visto un potro como ese. Pero lo mejor estaba por llegar.

Tras varias vueltas al trote y galope, Joaquin le puso una barra en el suelo. Se acercó, la husmeó e hizo un timido gesto de saltar. Ya al trote la paso varias veces sin darle importancia, y fue entonces cuando Joaquin le puso una barra mas alta. El potro la encaró y salto un metro por encima. Se le subio mas, y siguio saltando mas alto. Cuando le pusieron la barra a 1,20 el potro, con sus escasos dos años, salto dando la impresion que sáltaría las vallas del callejon.

Ese dia, y tras pagar 300.000 pesetas del año 1981, Chacal paso a ser de mi propiedad. Y fue el caballo de mi vida por que tengo la certeza de que nunca tendre otro igual (obviando a Esplendida, pero de ella ya hablaré mas adelante).

1 comentarios:

Anónimo dijo...

Muy bonito, querido Ramiro. Agradezco enormemente tus cariñosas palabras haca mis padres, pero deberías seguir contando la historia del Chacal. Su doma, sus avatares y...como acabó.

Un abrazo

Ignacio "Gordo" Rivero.