En torno a la segunda mitad del 1500 San Juan de la Cruz escribió “La Noche Oscura”, su obra mas célebre, donde el Santo hablaba de las terribles tentaciones que Dios enviaba al hombre y de cómo por medio de tres vías diferentes el alma aspiraba a fusionarse con Él, siendo estas tres vías, las llamadas potencias, la “memoria”, el “entendimiento” y la “voluntad”.
En una época convulsa como esta en la que vivimos, donde la bolsa rige el mundo y a las personas, la UE se agrieta a consecuencia de una crisis cada día mas profunda y, en definitiva, el mundo cambia en horas, todo el sector del hipódromo español se dispone a vivir de nuevo otra Noche Oscura.
Nadie, y sálvese quien pueda, ha aprendido nada de los años aciagos en los que la cría y el hipódromo español tuvieron su apagón debido a las circunstancias por todos conocida. Todos los que de aquella era aun están en el sector, y sálvese también quien pueda, han vuelto a incurrir en los mismos vicios, las mismas costumbres, las mismas miserias y, por miles de diferentes motivos, hacen que todo un sector se encamine hacia el abismo de una Noche Oscura que esta vez tendrá un final irreversible para todos (y sin salvación para nadie).
En el lenguaje del místico San Juan el silencio de la memoria es lo que se llama esperanza, así como el silencio del entendimiento es la fe y el de la voluntad es el amor, y representan el vacío interior y la renuncia a uno mismo para alcanzar la caridad. En nuestro mundo de la cría y del hipódromo no hay silencios, no hay silencio ni potencias por que no hay amor, fe ni esperanza. Aquí hay un tremendo hedor a podredumbre por todos lados donde se toque.
Si damos un significado más coloquial a los silencios, aunque su significado místico también es de apabullante aplicación a lo que estamos viviendo, pienso que nadie tiene voluntad para coadyuvar a sacar lo nuestro para delante y, por ello, es imposible el entendimiento debido a las posiciones bizantinas, egoístas, torticeras e interesadas de unos pocos que, con compporamientos increibles, me lleva a pensar que irremediablemente estamos ante personajes que no quieren o no les conviene tener memoria de lo ocurrido.
Es cabreante ver cómo se utilizan puestos para obtener prebendas, cómo corpúsculos sin escrúpulos se unen para manipular situaciones en beneficio de pocos y evidente perjuicio de la mayoría, cómo hay quienes se irrogan ciencia y conocimiento en base a años de permanencia a un mundo en el que no han puesto un grano de arena para ayudar y, por el contrario, han hecho mucho para poder obtener algo (y no hablo de dinero aunque hay casos que es así como bien se conoce y se instruye en un Juzgado).
Las instancias que rigen los destinos del turf español están en situación cuasi desesperada con luchas fratricidas por pacerlas de poder cuando, en la actual situación, la unidad es fundamental. La zancadillas, las rencillas, las envidias y los sentimientos mas bajos afloran en todo lo relacionado con el turf, con el hipódromo, con la cría; No hay un verdadero amor a este deporte de Reyes (en España mas bien de miserables) y si un sentimiento de egoísmo elevado a la enésima potencia en un intento de hacer un ejercicio superlativo de mando para mantenerse por que, caso contrario, amenazan morir matando.
Adolecemos de la generosidad necesaria del rico en sentimientos, que no en dinero, y sin memoria hacia lo pasado, sin amor hacia el caballo de carreras y al hipódromo, no hay esperanza de futuro en ninguna parcela de este sector.
Aquí sobra todo el mundo que quiera tener un interés propio y manipulador. Ahora ya no es momento de este tipo de personas, su época paso y, por el contrario de lo que decía Machado, en nuestro hipódromo no se puede decir aquello de “cualquier tiempo pasado fue mejor” si ese tiempo lo relacionamos con los últimos 15 años.
Es lamentable como los diferentes sectores que integran el turf español se tiran los trastos por cuatro duros, cómo no hay colaboración a todos los niveles, cómo la cria está sola, sin defensa y a merced de canallas que sólo pretenden su beneficio personal cuando al criador hay que ponerle un monumento.
Es inaudito ver cómo todas las instancias parecen petrificadas en un momento tan crucial como este. Con propietarios en serios apuros económicos, menos caballos en el hipódromo, entidades que pretenden imponer su criterio, criadores al borde del abismo por la falta de apoyo del sector, preparadores con problemas debido a la falta de liquidez de sus propietarios y suma y sigue.
Y mientras, quienes rigen esto en base a un falso “amor” al caballo y a las carreras (interés lo llamo yo), prefieren vestir traje de alpaca y partirse la cara en un despacho defendiendo su parcela de poder que ponerse un mono y tirarse al fango a trabajar.
El turf español no tiene lo que se merece. Me niego a admitirlo, aunque hay que adoptar medidas urgentes, drásticas y enérgicas para frenar a este ya viejo y achacoso caballo que son nuestras carreras a las que con tanta mierda alrededor algunos pretenden romper en una carrera a vida o muerte.
Tengan memoria aquellos que tenian algo que decir cuando cerro el hipodromol, esos que piensan que son imprescindibles por llevar años ocupando un espacio sin hacer nada. Pongan voluntad para hacer algo a favor del turf y no solo luchar por el puesto que tienen para figurar y salir en la fotografía. Entiéndanse todas las instancias de todos los sectores.
Con la memoria del pasado tiene que haber voluntad de entendimiento. Y quien no colabore a favor de todo lo nuestro, o manipule a favor de un grupo, tiene que ser puesto en la calle para dar paso a quienes quieran luchar para evitar la nueva noche que se nos avecina.
Hay que limpiar la porquería que, a pesar de tener edad para que la memoria aun les funcione, no tiene voluntad de entenderse para evitar soltar amarras. Aqui nadie es imprescindibel. Es más, se puede prescindir de bastantes. A la calle ya!
En una época convulsa como esta en la que vivimos, donde la bolsa rige el mundo y a las personas, la UE se agrieta a consecuencia de una crisis cada día mas profunda y, en definitiva, el mundo cambia en horas, todo el sector del hipódromo español se dispone a vivir de nuevo otra Noche Oscura.
Nadie, y sálvese quien pueda, ha aprendido nada de los años aciagos en los que la cría y el hipódromo español tuvieron su apagón debido a las circunstancias por todos conocida. Todos los que de aquella era aun están en el sector, y sálvese también quien pueda, han vuelto a incurrir en los mismos vicios, las mismas costumbres, las mismas miserias y, por miles de diferentes motivos, hacen que todo un sector se encamine hacia el abismo de una Noche Oscura que esta vez tendrá un final irreversible para todos (y sin salvación para nadie).
En el lenguaje del místico San Juan el silencio de la memoria es lo que se llama esperanza, así como el silencio del entendimiento es la fe y el de la voluntad es el amor, y representan el vacío interior y la renuncia a uno mismo para alcanzar la caridad. En nuestro mundo de la cría y del hipódromo no hay silencios, no hay silencio ni potencias por que no hay amor, fe ni esperanza. Aquí hay un tremendo hedor a podredumbre por todos lados donde se toque.
Si damos un significado más coloquial a los silencios, aunque su significado místico también es de apabullante aplicación a lo que estamos viviendo, pienso que nadie tiene voluntad para coadyuvar a sacar lo nuestro para delante y, por ello, es imposible el entendimiento debido a las posiciones bizantinas, egoístas, torticeras e interesadas de unos pocos que, con compporamientos increibles, me lleva a pensar que irremediablemente estamos ante personajes que no quieren o no les conviene tener memoria de lo ocurrido.
Es cabreante ver cómo se utilizan puestos para obtener prebendas, cómo corpúsculos sin escrúpulos se unen para manipular situaciones en beneficio de pocos y evidente perjuicio de la mayoría, cómo hay quienes se irrogan ciencia y conocimiento en base a años de permanencia a un mundo en el que no han puesto un grano de arena para ayudar y, por el contrario, han hecho mucho para poder obtener algo (y no hablo de dinero aunque hay casos que es así como bien se conoce y se instruye en un Juzgado).
Las instancias que rigen los destinos del turf español están en situación cuasi desesperada con luchas fratricidas por pacerlas de poder cuando, en la actual situación, la unidad es fundamental. La zancadillas, las rencillas, las envidias y los sentimientos mas bajos afloran en todo lo relacionado con el turf, con el hipódromo, con la cría; No hay un verdadero amor a este deporte de Reyes (en España mas bien de miserables) y si un sentimiento de egoísmo elevado a la enésima potencia en un intento de hacer un ejercicio superlativo de mando para mantenerse por que, caso contrario, amenazan morir matando.
Adolecemos de la generosidad necesaria del rico en sentimientos, que no en dinero, y sin memoria hacia lo pasado, sin amor hacia el caballo de carreras y al hipódromo, no hay esperanza de futuro en ninguna parcela de este sector.
Aquí sobra todo el mundo que quiera tener un interés propio y manipulador. Ahora ya no es momento de este tipo de personas, su época paso y, por el contrario de lo que decía Machado, en nuestro hipódromo no se puede decir aquello de “cualquier tiempo pasado fue mejor” si ese tiempo lo relacionamos con los últimos 15 años.
Es lamentable como los diferentes sectores que integran el turf español se tiran los trastos por cuatro duros, cómo no hay colaboración a todos los niveles, cómo la cria está sola, sin defensa y a merced de canallas que sólo pretenden su beneficio personal cuando al criador hay que ponerle un monumento.
Es inaudito ver cómo todas las instancias parecen petrificadas en un momento tan crucial como este. Con propietarios en serios apuros económicos, menos caballos en el hipódromo, entidades que pretenden imponer su criterio, criadores al borde del abismo por la falta de apoyo del sector, preparadores con problemas debido a la falta de liquidez de sus propietarios y suma y sigue.
Y mientras, quienes rigen esto en base a un falso “amor” al caballo y a las carreras (interés lo llamo yo), prefieren vestir traje de alpaca y partirse la cara en un despacho defendiendo su parcela de poder que ponerse un mono y tirarse al fango a trabajar.
El turf español no tiene lo que se merece. Me niego a admitirlo, aunque hay que adoptar medidas urgentes, drásticas y enérgicas para frenar a este ya viejo y achacoso caballo que son nuestras carreras a las que con tanta mierda alrededor algunos pretenden romper en una carrera a vida o muerte.
Tengan memoria aquellos que tenian algo que decir cuando cerro el hipodromol, esos que piensan que son imprescindibles por llevar años ocupando un espacio sin hacer nada. Pongan voluntad para hacer algo a favor del turf y no solo luchar por el puesto que tienen para figurar y salir en la fotografía. Entiéndanse todas las instancias de todos los sectores.
Con la memoria del pasado tiene que haber voluntad de entendimiento. Y quien no colabore a favor de todo lo nuestro, o manipule a favor de un grupo, tiene que ser puesto en la calle para dar paso a quienes quieran luchar para evitar la nueva noche que se nos avecina.
Hay que limpiar la porquería que, a pesar de tener edad para que la memoria aun les funcione, no tiene voluntad de entenderse para evitar soltar amarras. Aqui nadie es imprescindibel. Es más, se puede prescindir de bastantes. A la calle ya!
0 comentarios:
Publicar un comentario