Hace tiempo que estoy queriendo escribir esta entrada y ahora es el momento oportuno.
La independencia es la falta de dependencia y en este mundo de los caballos, bien sea en la cría, las carreras o en cualquiera otra de sus formas, soy independiente por que no estoy vinculado a ningún grupo. Mis opiniones, acertadas o no, son propias y no están unidas a las de clanes, filias o fobias. No pertenezco a ningún bando y pienso que la militancia unida a la obediencia ciega llevan a una perversa radicalidad.
Aunque en ocasiones no comparta lo que me dicen, respeto las opiniones contrarias a las mías, procuro no imponer mi criterio y si estoy equivocado rectifico al advertir el error. Y confio en que los demas hagan lo propio conmigo.
Cuando allá por 1998 comencé mi aventura como modesto criador, durante la última etapa de la noche oscura del turf español, no me uní a nadie ni a ningún grupo de criadores españoles establecidos aquí o más allá de nuestras fronteras. Pasado un tiempo hubo quien me preguntó si pertenecía al clan irlandés o al francés y mi contestación de aquella ocasión sirve ahora también; No tengo vinculos con nadie y no pertenezco a ningún grupo.
Que no se interprete mi independencia como un signo de soberbia, vehemencia o chulería; Nada de eso. Quien me conoce sabe que siempre estoy abierto a colaborar, a ayudar y a tender manos a quienes en algun momento me han necesitado en el terreno personal, profesional y equino.
Entiendo que todos, en el ejercicio legítimo de nuestra libertad, podemos opinar sin tener que posicionarnos a favor de uno o en contra de otro. Se pueden mantener opiniones enfrentadas, se puede discrepar sobre todo, es más se debe y se tiene que discrepar, hay que hacer crítica para mejorar y no por eso quien opina tiene que ser enemigo o estar contra el stablishment.
Viene esta entrada a colación de dos comentarios que me han hecho hoy dos personas cercanas y que bien saben el afecto que les tengo. Este blog trata sobre cría de purasangres, no es un blog sobre "política" relacionada con los carreras, aunque me veo en la obligación de opinar/comentar/criticar sobre determinados acontecimientos sin que por ello tenga que estar obligatoriamente unido a un bando para hundir a otro.
La independencia es la falta de dependencia y en este mundo de los caballos, bien sea en la cría, las carreras o en cualquiera otra de sus formas, soy independiente por que no estoy vinculado a ningún grupo. Mis opiniones, acertadas o no, son propias y no están unidas a las de clanes, filias o fobias. No pertenezco a ningún bando y pienso que la militancia unida a la obediencia ciega llevan a una perversa radicalidad.
Aunque en ocasiones no comparta lo que me dicen, respeto las opiniones contrarias a las mías, procuro no imponer mi criterio y si estoy equivocado rectifico al advertir el error. Y confio en que los demas hagan lo propio conmigo.
Cuando allá por 1998 comencé mi aventura como modesto criador, durante la última etapa de la noche oscura del turf español, no me uní a nadie ni a ningún grupo de criadores españoles establecidos aquí o más allá de nuestras fronteras. Pasado un tiempo hubo quien me preguntó si pertenecía al clan irlandés o al francés y mi contestación de aquella ocasión sirve ahora también; No tengo vinculos con nadie y no pertenezco a ningún grupo.
Que no se interprete mi independencia como un signo de soberbia, vehemencia o chulería; Nada de eso. Quien me conoce sabe que siempre estoy abierto a colaborar, a ayudar y a tender manos a quienes en algun momento me han necesitado en el terreno personal, profesional y equino.
Entiendo que todos, en el ejercicio legítimo de nuestra libertad, podemos opinar sin tener que posicionarnos a favor de uno o en contra de otro. Se pueden mantener opiniones enfrentadas, se puede discrepar sobre todo, es más se debe y se tiene que discrepar, hay que hacer crítica para mejorar y no por eso quien opina tiene que ser enemigo o estar contra el stablishment.
Viene esta entrada a colación de dos comentarios que me han hecho hoy dos personas cercanas y que bien saben el afecto que les tengo. Este blog trata sobre cría de purasangres, no es un blog sobre "política" relacionada con los carreras, aunque me veo en la obligación de opinar/comentar/criticar sobre determinados acontecimientos sin que por ello tenga que estar obligatoriamente unido a un bando para hundir a otro.
La informacion nos hace libres. Opinar a ciegas, sin informacion, radicaliza y mis opiniones, certeras o no, están basadas en hechos, datos e información.
Las opiniones que vierto aquí son independientes, libres de ataduras respecto a los unos, a los otros y a los de más allá. Nada me hace tomar partido por nadie, sólo que en el ejercicio de mi libertad de expresión he decidido contar algunas situaciones vividas en los últimos meses que, por ser suave y amable, me han parecido (y parecen) extrañas, poco claras, inexplicables, indignantes y algunas, desde mi punto de vista, injustas.
A mí, como casi todos, nadie me ha regalado nada en este mundo de los caballos, de suerte que estoy libre de ataduras para opinar sobre aquello lo que no me parece correcto, sobre lo que no me gusta y me parece mezquino e injusto.
Me viene a la memoria (Miguel, el marido de mi amiga Mariapi, me dice que parezco un abuelo cuando digo eso) lo que dijo mi antepasado Sánchez-Guerra en un discurso hace muchos años cuando citó lo que dijo el duque de Rivas al contemplar el cadáver de Doña Isabel: “No más abrazar el alma en sol que apagarse puede; no más servir a señores que en gusanos se convierten”.
No me posiciono contra el orden establecido, ni a favor de quien esta contra aquel; Me limito a contar hechos reales acontecidos en determinados momentos.
Tampoco me posiciono favor o en contra de unos u otros cuando manifiesto la opinión que esos hechos me han provocado. Tengo opinión, soy libre y nunca he adoptado la postura de los monos chinos (no ver, no escuchar, no hablar) que tan nefasta puede ser para el hipódromo español.
¿Me tengo que callar cuando alguien me mete el dedo en el ojo creando problemas para inscribir a mi nombre una yegua después de que Weatherbys certificara que es de mi propiedad desde años atrás? Rotundamente no.
¿Me tiene que dejar impávido que una persona, irrogándose facultades que no tiene conferidas, suscriba un documento oficial de la SFCCE vertiendo manifestaciones que nadie le ha pedido convirtiéndose así en Juez y parte? Menos aun.
¿Tengo que mirar para otro lado ante el silencio injustificado ante la solicitud de documentación amparándose en ridiculeces para justificar su actitud y falta de colaboración? Pues tampoco.
¿Obvio cómo deudores recalcitrantes siguen haciendo lo que les viene en gana, como pasa desde tiempo inmemorial, sin que nadie ponga coto a esa situación y en perjuicio del más débil? Claramente no.
¿Es lícito callar cuando quien lo tiene en su mano no coadyuva para la resolución de una situación a todas luces injusta? No.
No puedo con la injusticia.
Es lícito callar ante determinados comportamientos y actitudes, claro que sí, como también lo es adoptar la postura contraria. Todo sirve, aunque no comparto la hipocresía de quienes hablan por detrás y de forma maniquea utilizan la doble faz.
La luz y el aire fresco son necesarios para que las cosas no se apulgaren y anquilosen. Y opinar es bueno, aporta luz y aire fresco.
Las opiniones que vierto aquí son independientes, libres de ataduras respecto a los unos, a los otros y a los de más allá. Nada me hace tomar partido por nadie, sólo que en el ejercicio de mi libertad de expresión he decidido contar algunas situaciones vividas en los últimos meses que, por ser suave y amable, me han parecido (y parecen) extrañas, poco claras, inexplicables, indignantes y algunas, desde mi punto de vista, injustas.
A mí, como casi todos, nadie me ha regalado nada en este mundo de los caballos, de suerte que estoy libre de ataduras para opinar sobre aquello lo que no me parece correcto, sobre lo que no me gusta y me parece mezquino e injusto.
Me viene a la memoria (Miguel, el marido de mi amiga Mariapi, me dice que parezco un abuelo cuando digo eso) lo que dijo mi antepasado Sánchez-Guerra en un discurso hace muchos años cuando citó lo que dijo el duque de Rivas al contemplar el cadáver de Doña Isabel: “No más abrazar el alma en sol que apagarse puede; no más servir a señores que en gusanos se convierten”.
No me posiciono contra el orden establecido, ni a favor de quien esta contra aquel; Me limito a contar hechos reales acontecidos en determinados momentos.
Tampoco me posiciono favor o en contra de unos u otros cuando manifiesto la opinión que esos hechos me han provocado. Tengo opinión, soy libre y nunca he adoptado la postura de los monos chinos (no ver, no escuchar, no hablar) que tan nefasta puede ser para el hipódromo español.
¿Me tengo que callar cuando alguien me mete el dedo en el ojo creando problemas para inscribir a mi nombre una yegua después de que Weatherbys certificara que es de mi propiedad desde años atrás? Rotundamente no.
¿Me tiene que dejar impávido que una persona, irrogándose facultades que no tiene conferidas, suscriba un documento oficial de la SFCCE vertiendo manifestaciones que nadie le ha pedido convirtiéndose así en Juez y parte? Menos aun.
¿Tengo que mirar para otro lado ante el silencio injustificado ante la solicitud de documentación amparándose en ridiculeces para justificar su actitud y falta de colaboración? Pues tampoco.
¿Obvio cómo deudores recalcitrantes siguen haciendo lo que les viene en gana, como pasa desde tiempo inmemorial, sin que nadie ponga coto a esa situación y en perjuicio del más débil? Claramente no.
¿Es lícito callar cuando quien lo tiene en su mano no coadyuva para la resolución de una situación a todas luces injusta? No.
No puedo con la injusticia.
Es lícito callar ante determinados comportamientos y actitudes, claro que sí, como también lo es adoptar la postura contraria. Todo sirve, aunque no comparto la hipocresía de quienes hablan por detrás y de forma maniquea utilizan la doble faz.
La luz y el aire fresco son necesarios para que las cosas no se apulgaren y anquilosen. Y opinar es bueno, aporta luz y aire fresco.
Ni estoy con unos ni contra otros; Me limito a relatar hechos y a defender lo que entiendo que es justo ante la injusticia. Y así voy a seguir.
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